Mi abuela no sabe quién soy

MALINC Editor presenta este álbum ilustrado. Iva Bezinovic-Haydon escribe esta historia tan real como cruda, tan tierna como necesaria, que ilustra Hana Tintor.

No podemos obviar la realidad, ni vivir mirando para otro lado, como si ciertas circunstancias no existieran.

Según los datos que aporta la OMS a nivel mundial en 2015, el Alzheimer y otras demencias afectan a 47 millones de personas en todo el mundo (en torno al 5% de la población mundial de edad avanzada), cifra que se prevé que aumente a 75 millones en 2030 y a 132 millones en 2050.

De acuerdo con los estudios realizados en España, la prevalencia de esta enfermedad ronda el 0,05% entre las personas de 40 a 65 años; 1,07% entre los 65-69 años; 3,4% en los 70-74 años; 6,9% en los 75-79 años; 12,1% en los 80-84; 20,1 en los 85-89; y 39,2% entre los mayores de 90 años.

Estos datos nos indica que lo habitual es que conozcamos o vivamos con alguien con algún tipo de demencia. Es un realidad y los niños y las niñas, deben entenderla y comprender qué suceden.

Álbumes valientes y responsables como «Mi abuela no sabe quién soy», nos ayudarán a reflexionar y entender qué le sucede a nuestros seres queridos cuando parece que ya no están con nosotros, que su mundo no es el mismo que el nuestro.

Mi abuela Zrinka siempre decía SÍ a todo. Acampábamos y escalábamos montañas, corríamos y andábamos en bicicleta, nadábamos en lo más hondo del mar. Construíamos escondites en lo más secreto y hacíamos casa para los insectos con cajas de zapatas. Ella tejía jerséis de lana siguiendo mis ideas, hacíamos juguetes con vasos de yogur y organizábamos espectáculos de títeres en el jardín. Viajábamos en tren, en avión, en barco. Dibujábamos cómics, leíamos el periódico, escribíamos cuentos.

¡Para ella nada era imposible! Mi abuela sabía y podía hacerlo todo.

Hasta que un día ya no pudo.

Hablar de enfermedad y muerte siempre es difícil y doloroso. El libro álbum «Mi abuela no sabe quién soy», acerca a los niños los temas de la vejez y la muerte, vinculándolos con la memoria y el amor a través de la descripción de una tierna relación entre una niña, Ema, y su abuela Zrinka, quien de repente empieza a olvidar las cosas y a las personas.

Un libro donde las relaciones intergeneracionales y el amor componen un relato necesario.